No. Venir al psicólogo es para ser más independiente, superar las propias limitaciones que nos ponemos, las dependencias (de relaciones, actividades, drogas, etc.) y otros factores que frenan el
propio crecimiento. A través del proceso terapéutico, se logra que el paciente se fortalezca, se vaya de la terapia conectado con sus recursos y apoyándose sobre sus propios pies. Para ocupar la
conocida metáfora: “en vez de entregar un pescado, preferimos ayudar a que el paciente aprenda a pescar”.